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domingo, 24 de mayo de 2015

Ejercicios para la salud y la paz mental




El estado de nuestros meridianos influye directamente en nuestra salud física y psicológica. Es posible comprobar que la calidad de nuestra vida depende de la abundancia constante de energía. Pero debería preocuparnos no sólo la cantidad de energía sino lo bien que circula por ciertos canales meridianos. Los hábitos emocionales, dietéticos y de estilo de vida influyen en la circulación de la energía por el cuerpo. Podemos corregir los desequilibrios y bloqueos de energía cambiando nuestra forma de alimentarnos y haciendo con regularidad los ejercicios para los meridianos. A continuación presentamos una serie de ejercicios destinados a mejorar la circulación del Chi por meridianos concretos. Estos ejercicios mejoran el funcionamiento de los órganos relacionados con dichos meridianos, así como favorecen los factores emocionales y psicológicos asociados con cada meridiano. Al hacer estos ejercicios podría diagnosticar el estado de sus meridianos. El bloqueo o estancamiento de la circulación en un determinado meridiano se manifestará en forma de rigidez o resistencia al ejercicio. La flexibilidad revela una buena circulación del Chi y un meridiano en buen funcionamiento. Respire profunda y uniformemente mientras hace cada ejercicio. Intente mantenerse equilibrado y relajado. Cuando haya llegado al punto máximo de estiramiento, mantenga esa postura contando tres respiraciones y después relájese. Trate de visualizar y sentir cómo fluye la energía a Lo largo de los meridianos que está ejercitando. Muy importante: no se fuerce a llegar más allá del punto al que su cuerpo llega con comodidad. Haga estos ejercicios con suavidad y determinación. Si los hace con regularidad, muy pronto adquirirá más flexibilidad y su salud mejorará notablemente. Pero tenga paciencia consigo mismo.

Meridianos del pulmón e intestino grueso
Cruce las manos por detrás, la izquierda sobre la derecha, y cójaselas por los pulgares. Inclínese hacia adelante a la vez que levanta los brazos lo más posible. Mantenga esa posición, relaje los músculos y haga dos respiraciones. Mientras está en esa posición, trate de visualizar cómo el  Chi se precipita por el cuerpo desde la cabeza a los pies, sobre todo por los hombros, pecho y brazos. Probablemente sentirá cierta tensión en el pecho y hombros y en la parte posterior de las piernas. Relájese totalmente. Este ejercicio estira los meridianos del pulmón e intestino grueso. Repítalo tres o cuatro veces, o tantas como pueda sin excesivo esfuerzo.

Meridianos del estómago y bazo
Colóquese de rodillas con las nalgas apoyadas en los talones. Cójase las manos y levántelas por encima de la cabeza lo más alto posible. Lentamente vaya inclinando el cuerpo recto hacia atrás hasta que la espalda quede apoyada en el suelo. Mantenga esta posición durante dos respiraciones y después vuelva a la posición de partida. También puede hacer este ejercicio con las palmas giradas hacia arriba. Es un ejercicio maravilloso para los meridianos del estómago y bazo. Repítalo tres o cuatro veces, o tanto como pueda sin esforzarse demasiado.

Meridianos del corazón e intestino delgado 
Siéntese en el suelo. Junte las plantas de los pies sujetándoselos con las manos, e incline y abra las rodillas para acercar lo más posible los pies al cuerpo. Coloque los codos sobre las rodillas y trate de tocar los dedos de los pies con la cabeza, intentando al mismo tiempo que las rodillas  toquen el suelo. Lo ideal es poder tocarse la cabeza con los dedos de los pies mientras las rodillas tocan el suelo. No se esfuerce. Llegue hasta su punto máximo de estiramiento y mantenga esa postura durante dos respiraciones. Relájese. La incapacidad para tocarse los dedos con la cabeza indica problemas en el corazón e intestino delgado. La práctica regular de este ejercicio mejorará el funcionamiento de ambos órganos.

Meridianos del riñón y vejiga 
Sentado en el suelo, estire las piernas y tóquese los dedos con las manos. Cuando llegue al punto máximo de estiramiento, mantenga la posición, relaje los músculos y haga dos respiraciones. Sienta cómo circula el Chi por su cuerpo, sobre todo por la espalda y piernas.

Meridianos del maestro del corazón y triple calentador 
Sentado en la posición del loto o medio loto (con el canto de los pies tocando el suelo, en vez de la postura más difícil que los sitúa dentro de las piernas), cruce los brazos para cogerse la rodilla de la pierna opuesta. Inclínese hacia adelante y descanse la cabeza en el suelo. Manteniendo esta posición, relaje todos los músculos, visualice el Chi que fluye por todo el cuerpo, sobre todo en la parte superior de la espalda y brazos, y haga dos respiraciones profundas.

Meridianos del hígado y vesícula biliar 
Sentado en el suelo con las piernas estiradas, sepárelas todo lo que pueda. Entrelace los dedos y estire los brazos por encima de la cabeza; después inclínese hacia un lado y trate de tocarse los dedos de ese pie con la parte interior de las manos. Cuando llegue al punto máximo de estiramiento, relájese, haga dos respiraciones profundas y vuelva a la posición inicial. Lo mismo hacia la otra pierna. Este ejercicio estira los meridianos del hígado y vesícula biliar. La práctica regular de este ejercicio dará fuerza y flexibilidad a su cuerpo y le permitirá evaluar su estado. Desarrollará un excelente tono muscular, porque el Chi circulará en mayor abundancia por todo su cuerpo. Desde antiguo la filosofía yóguica ha sostenido que la flexibilidad del cuerpo se refleja en la flexibilidad de la mente y en la actitud espiritual. La resistencia del cuerpo refleja actitudes tercas sobre la vida. Cuando haga regularmente estos ejercicios notará no sólo una mayor vitalidad y flexibilidad, sino también un pensamiento más claro y mayor creatividad. A medida que su cuerpo adquiera más flexibilidad, también la adquirirá su mente. Donde en otro tiempo creía que un determinado problema era insoluble, de pronto verá nuevas posibilidades en la situación. Comenzará a experimentar una mayor percepción de las oportunidades cuando se encuentre ante un desafío. En resumen, cuando se haga más fuerte y flexible, su vida le parecerá más manejable.

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