Nosotros

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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Hamburguesas de Garbanzos

Para hoy vamos a hacer unas ricas hamburguesas de garbanzos con verduras, muyyyy ricas, fáciles de hacer y que serán la delicia de todos los miembros de la casa.

Para empezar usaremos los siguientes ingredientes, ecológicos, como no:



- 250 gr de garbanzos, puestos en remojo la noche anterior
- una zanahoria
- 6 tomates cherry o un tomatito
- media cebolla
- dos puerros
- un diente de ajo
- una pizca de perejil
- aceite de oliva
- sal marina

Para comenzar deberemos poner la noche anterior los garbanzos a remojo.



Escurrimos los garbanzos y los metemos en una olla a presión, con sal y los cubriremos de agua. Calentamos el agua y una vez caliente tapamos la olla, cuando empiece a salir el vapor controlaremos el tiempo hasta 30 minutos. Pasado ese tiempo apagaremos el fuego y dejaremos bajar la presión de la olla.

Una vez que la olla se ha enfriado y podemos abrirla sacaremos los garbanzos y los aplastaremos hasta hacer una pasta homogénea, añadiendo de vez en cuando un poco de agua para conseguir una mezcla de una textura suave.



Una vez conseguido aplastar los garbanzos los reservaremos y pasaremos a preparar las verduras. Para ello primero picaremos los ingredientes para pasarlos a una sartén, junto a un par de cucharadas de aceite, donde saltearemos las verduras hasta dorar.



Una vez doradas las verduras las añadiremos a la pasta de garbanzos machacados, mezclaremos bien todos los ingredientes y pasaremos a preparar y saltear las hamburguesas.


Para freír las hamburguesas os recomendamos hacerlo con prácticamente una gotita de aceite, en una sartén antiadherente, ya que si lo hacemos sobre aceite, se ablandará la mezcla y se desarmará la hamburguesa, la idea es darle un par de vueltas para dorar un poco los laterales. Una vez hechas dejamos a elección de cada uno el aderezo o la forma de presentación. Como consejo con un poco de salsa de soja están buenísimassssss. ¡¡A disfrutarlas!!




jueves, 29 de septiembre de 2016

Albóndigas de Quinoa

Hoy vamos a hacer unas ricas albóndigas de quinoa, sencillas, rápidas de hacer y deliciosas a la vez que muy nutritivas.

Para empezar vamos a necesitar los siguientes ingredientes:

- 250 gr de Quinoa
- un chorrito de aceite de oliva
- media cebolla
- una ramita de perejil, fresco.
- 3 cucharadas soperas de migas de pan, o pan rallado.
- 1 diente de ajo
- sal y pimienta
- un huevo



Para empezar pondremos en un cazo agua a calentar para añadir y cocer la quinoa, a razón de una taza de quinoa por tres de agua, esta medida es para la marca usada en esta receta, algunas otras marcas usan una medida de dos de agua por una de quinoa.

Cocer como si fuese arroz, de la misma manera, removiendo de vez en cuando hasta que se consuma todo el agua, momento en el que retiraremos del fuego y reservaremos para mezclar posteriormente con el resto de los ingredientes.


De forma paralela calentar un poco de aceite en una sartén, donde freiremos la cebolla y el ajo picados, dorar ligeramente.

Una vez dorada la cebolla pasaremos a mezclar todos los ingredientes en un bol, la quinoa cocida, el pan rallado, la cebolla, el perejil picado y el huevo.

Mezclamos bien, para que todos los ingredientes se mezclen de forma uniforme, y calentamos una sartén con aceite, donde freiremos las albóndigas de quinoa. Haremos las bolas con dos cucharas soperas, por ejemplo, y las iremos añadiendo al aceite caliente para que se doren.



Cuando acabamos de freír las albóndigas podremos comerlas tal cual, junto con algún otro plato, o podremos presentarlas con nuestra salsa favorita, como puede ser con un poco de salsa de soja, esto último lo dejamos a vuestra elección. Ahora solo nos queda disfrutar de este fantástico plato, rico, sano y muy nutritivo.




viernes, 16 de septiembre de 2016

Catarros y Resfriados


¿Qué es?

El catarro común puede estar causado por una amplia variedad de virus capaces de infectar el tracto respiratorio superior. Todos nosotros estamos constantemente expuestos a muchos de estos virus, si bien la mayoría sólo experimentamos el malestar de un catarro una o dos veces al año. Esto implica que, a la hora de acatarrarse, la causa principal es la disminución de las defensas.
En general, el individuo con catarro experimentará malestar general, fiebre, dolor de cabeza y congestión del tracto respiratorio superior. Al principio se produce secreción nasal acuosa y estornudos, seguido de secreciones más espesas que contienen mocos, leucocitos y organismos muertos; a veces, también irritación, sequedad y dolor de garganta. Normalmente, un catarro puede diferenciarse a primera vista de otros estados con síntomas similares (gripe y alergias, por ejemplo). La gripe tiene síntomas mucho más graves y por lo general se produce en forma de epidemia, por lo que todo lo que se necesita para eliminarla es ponerse en contacto con el organismo de salud pública local. Las alergias pueden ser un factor subyacente que disminuye las defensas y permite que un virus infecte las vías respiratorias superiores, pero por lo regular las alergias se diferencian del catarro común por el hecho de que en las alergias no se produce fiebre, suele haber una historia de episodios alérgicos estacionales y no hay evidencias de infección.




Prevención

Mantener un sistema inmunológico sano es la mejor manera de protegerse de un número excesivo de catarros. Si un individuo agarra más de uno o dos catarros al año puede ser indicativo de un sistema inmunológico débil. La nutrición es el principal factor determinante para tener un sistema inmunológico sano. Otro factor importante que reduce las defensas y permite la infección vírica es el estrés, tanto físico, como emocional o mental. Durante la respuesta del estrés, las glándulas suprarrenales liberan compuestos que hacen que el timo se contraiga y reduzca su actividad. Se ha demostrado que numerosos factores nutricionales previenen este efecto del estrés en el timo, nuestra principal glándula de inmunidad. En concreto, las vitaminas A y C, el betacaroteno, el cinc y otros antioxidantes previenen el estrés y el deterioro causado por los radicales libres en el timo, y mejoran las funciones inmunológicas. Los individuos que están sometidos a un gran estrés, tienen sistemas inmunológicos débiles o están expuestos a niveles elevados de contaminantes (es decir, casi todos nosotros) deben añadir a sus dietas suplementos de estos importantes nutrientes. 

Existen otros factores que deben tenerse en cuenta además de la deficiencia de nutrientes y el estrés. El consumo del alcohol y el tabaco, ha automedicación con fármacos (tanto recetados como sin recetar), los niveles altos de glucosa, triglicéridos y colesterol en la sangre, el consumo excesivo de azúcar, los factores medioambientales (exposición a productos químicos) y las alergias pueden debilitar significativamente nuestro sistema inmune.

¿Qué hacer cuando se ha agarrado un catarro?

Cuando se desarrolla un catarro hay varias cosas que se pueden hacer para acelerar la recuperación. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que, en un sistema inmune sano, un catarro no debería durar más de dos o tres días. Incluso utilizando una amplia variedad de métodos curativos naturales, cuando un catarro está en curso es muy difícil que desaparezca por completo en menos de dos días. Cuando se emplean sustancias naturales no debe esperarse un alivio inmediato en la mayoría de los casos. De hecho, debido a que la mayoría de las terapias naturales para los catarros implican una ayuda al organismo, en lugar de suprimir los síntomas, a menudo éstos empeoran provisionalmente. 

Muchos de los síntomas catarrales son el resultado de los mecanismos de defensa de nuestro organismo. Por ejemplo, el interferon (potente compuesto inmunoestimulante que liberan las células sanguíneas y otros tejidos durante las infecciones) es el responsable de muchos síntomas similares a los de la gripe. Otro ejemplo es el efecto beneficioso de la fiebre en el curso de la infección; mientras que una temperatura corporal elevada puede ser molesta, se cree que ha supresión de la fiebre actúa en oposición al mecanismo de defensa principal y prolonga ha infección. En general, la fiebre no debería suprimirse durante una infección, a menos que sea peligrosamente alta (por encima de 40 grados).Por estas y otras razones, no es poco infrecuente que los individuos que se automedican con medicinas naturales experimenten un malestar mayor, debido a que estos compuestos tienen efectos que mejoran la inmunización. Por supuesto, la enfermedad se padece durante menos tiempo.

  • Sueño y reposo. Nuestro sistema inmune funciona mejor bajo el tono del sistema nervioso parasimpático. Esta parte de nuestro sistema nervioso autónomo asume el control de las funciones corporales durante los períodos de descanso, relajación, visualización, meditación y sueño. En las etapas más profundas del sueño, se liberan potentes compuestos que mejoran el sistema inmune y se potencian muchas funciones inmunes. El valor del sueño y del descanso durante un catarro no debe exagerarse.

  • Líquidos. La ingestión de líquidos proporciona varias ventajas. Cuando las membranas mucosas que recubren el tracto respiratorio se deshidratan, se genera un ambiente mucho más hospitalario para el virus. Beber mucho líquido, o la utilización de un vaporizador, hace que el tracto respiratorio mantenga una humedad que rechaza ha infección vírica. Beber gran cantidad de líquido también mejora la función de los leucocitos, al reducir la concentración de solutos en la sangre. Debe advertirse que el tipo de líquido consumido es muy importante. En diversos estudios se ha demostrado que consumir recursos concentrados de azúcar (como glucosa, fructosa, sacarosa, mielo zumo de naranja) reduce en gran medida la capacidad de los leucocitos para matar bacterias. Antes de consumirlos, los zumos de fruta deben estar bien diluidos. Beber zumo de naranja concentrado durante un catarro probablemente haga más mal que bien.


  • Azúcar. Como se ha mencionado antes, el consumo de azúcar, aunque provenga de recursos "naturales" como los zumos de fruta y la miel, puede perjudicar las funciones inmunológicas. Este deterioro parece ser debido al hecho de que la glucosa (azúcar en la sangre) y la vitamina C compiten por los lugares de transporte dentro de los leucocitos. Los niveles reducidos de vitamina C debidos a un consumo excesivo de azúcar pueden dar como resultado una disminución importante de la función leucocitaria.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Quinoa con Verduras

Para hoy vamos a preparar una rica receta, natural, fácil y con muchas propiedades. Hoy haremos un rico plato de quinoa con verduras. Para ello necesitaremos los siguiente ingredientes:




  • Quinoa, una taza para cuatro personas.
  • Tomates cherry, mas o menos una docena, al gusto.
  • Brécol, unos 200gr
  • Aceite de oliva virgen
  • Medio diente de ajo.
  • Una ramita de perejil
  • Sal

Una vez que tenemos todos los ingredientes comenzamos. Primero con ayuda de un mortero machacaremos el medio diente de ajo, el perejil picado y añadiremos el aceite. Este aderezo se lo añadiremos a los tomates cherry cortados por la mitad y dejaremos macerar mientras seguimos con la receta.

Ponemos una cazuela con agua a hervir, una vez que llegue al punto de ebullición añadiremos el brécol en cachitos, y dejaremos que hierba durante unos 3 - 4 minutos. Una vez pasado el tiempo lo sacamos, lo escurrimos y lo reservamos.

En otra cazuela ponemos a calentar el agua con la quinoa y sal al gusto, las medidas van en función del fabricante y del gusto, en nuestro caso la quinoa elegida recomendaba 1 medida de quinoa por 3 de agua. Dejamos cocer unos 15 minutos hasta que se consume todo el agua (la forma de cocinarla es muy similar al arroz).

Una vez cocida la quinoa solo nos queda mezclar en un boll y listo para servir y comer. Esperamos que os guste.


miércoles, 13 de julio de 2016

Propiedades Curativas del Ajo



En todo el Mediterráneo se conoce por su denominación latina “Allium”, que procede del celta y que significa “ardiente” o “abrasador al paladar”.

El ajo, es una liliácea tan sencilla como maravillosa, ocupó un lugar preferente y privilegiado en la farmacopea egipcia y todavía más importante, en la hebrea.

El ajo se emplea desde la antigüedad no sólo como condimento crudo o cocido, sino como antiséptico contra diversas enfermedades que, dada la falta de higiene de esas épocas.

Herodoto nos habla de una inscripción en la Gran Pirámide en la cual se dice que se suministraban grandes cantidades de ajos a los trabajadores como estimulante muscular y que estos comían también sus tallos.

Precisamente, los obreros emprendieron una huelga porque se les suprimió el suministro cotidiano de ajos, pues pensaban que esos bulbos eran esenciales para darles fuerza y resistir el cansancio en aquel trabajo tan extenuante y monumental de la construcción de la Gran Pirámide de Gizeh.

En el papiro de Ebers (1.500 a. C.) se incluyen más de 800 fórmulas mágicas, religiosas y de tratamiento médico, y entre ellas hay unas 22 en las que el ajo se menciona como tratamiento para mordeduras de insectos venenosos, enfermedades del corazón, dolores de cabeza, parásitos intestinales y también en las neoplasias.

También los babilonios en Mesopotamia, ya desde las épocas bíblicas, consideraban a los bulbos de las liliáceas como potentes medicamentos. Se empleaban para enfermedades respiratorias, enfermedades de la piel, en el tratamiento de parásitos intestinales, contra los ácaros y para la lepra. La utilización del ajo se describe como el medio más seguro para prevenir plagas y epidemias de todo tipo.

El ajo fue igualmente considerado como un medicamento clásico en la antigua Grecia y recomendado para tratar todas las enfermedades además de ser un alimento con importantes cualidades dietéticas y alimenticias.

Aristóteles, el gran filósofo, médico y naturalista, llegó a decir de los ajos que “es una cura para la hidrofobia y un tónico laxante pero malo para los ojos”. Hipócrates ( 460 a. C.) lo consideró como un sudorífero al estimular la transpiración y también como laxante y diurético.

En cuanto al pueblo romano, uno de los dominadores del mundo antiguo, tuvo excelentes conocedores y defensores del ajo.

Así el gran Dioscórides, llamado Pedanius, médico jefe de las Legiones Romanas durante el reinado del emperador Nerón ( siglo I d. C.) autor de “Perihyles latrykes logoihex “, recetaba el ajo para los trastornos respiratorios y digestivos, y como remedio contra los parásitos intestinales.

Los soldados romanos consumían en abundancia ajo porque estaban convencidos de que les daba fuerza y coraje en las batallas. Uno de los médicos más famoso, Claudio Galeno de Pérgamo (231-200 d. C) habló excelentemente del ajo, al cual denominó “ theriaca rusticorum”, es decir la “meladura del pobre”. El mismo que se dijo siempre discípulo y seguidor de Hipócrates, mantuvo sobre el ajo que era el mejor antídoto que existía contra todo veneno, a la vista de todas sus experiencias.

Los grandes pueblos navegantes de la antigüedad, fenicios y cartagineses, creían ardientemente en las dietas a base de ajos, consumiéndolos constantemente en sus viajes.

Lo mismo sucedió en la Edad Media en con los pueblos escandinavos. Aunque de todos los países europeos donde más se aprecia el ajo es en Gran Bretaña, donde se cree que fue introducido por los romanos durante la ocupación de Britania.

Cuando tuvo lugar la gran plaga de 1665, en la cual murieron miles de personas, sobrevivieron como por milagro, habitantes de una casa de Chester, pues los sótanos de la vivienda contenían gran cantidad de ajos, al parecer, salvaron a sus habitantes de esta horrible peste. Esta casa, de estilo Tudor, posteriormente se llamó “ God´s Provident House”, y hoy está abierta al público como museo.

Propiedades curativas 

El mejor terreno para cultivar el ajo es el arcilloso- silíceo, bastante seco y bien soleado. Los mejores meses para la siembra son de noviembre a marzo, y para recogerlo de junio a julio.

Los dientes de ajo producen un tallo único que cuando amarillea, después de los meses de julio y agosto, hay que dejarlo morir.

Se recoge, se deja secar al sol, se atan en manojos y se cuelgan en una habitación seca, lejos de las heladas y del frío.

Cuando seca el bulbo de un ajo, conserva todavía el 50-60 por ciento de agua, el 10-18 por ciento de glúcidos o azúcares, 6 por ciento de proteínas y 0, 2-0, 5 por ciento de lípidos y grasas.

Son abundantes las sales minerales ( zinc y magnesio) así como las vitaminas C (hasta 18 mg), A, B1, B2, PP y E. También contiene de 1 a 2 por ciento de celulosa.

El ajo tomado en grandes cantidades, al menos una cabeza por comida, cuidadosamente ensalivado y masticado ( si se soporta masticarlo) excita el apetito, fomenta las secreciones gástricas y la motricidad de las paredes intestinales y estomacales favoreciendo la digestión y, sobre todo, destruye las fermentaciones intestinales, los gases y la aerofagia.

Todos los granos, irritaciones o inflamaciones de la piel, de las mucosas bucales, anales, conjuntivitis, etc., se curan terminantemente si se esteriliza bien la sangre. Y esto se consigue precisamente con una intensa cura de ajos; es decir, tomando durante varios meses una cabeza de ajo por comida.

Las formas más crónicas de artritis reumatoide, la artrosis en general, la ciática, la gota y los lumbagos se tratan excelentemente con una cura de ajos. Sin embargo, el sistema cardiovascular es uno de los aparatos sobre los que el ajo actúa más eficazmente y en el que se obtiene los mejores resultados.

Todas las enfermedades causadas por un estado de intoxicación de la sangre y sobre todo la arteriosclerosis, que es la causa originaria de la enfermedad tromboembólica que produce todo tipo de obstrucción de los vasos que irrigan el órgano, pueden y deben ser tratados con una cura de ajos, con lo cual se evita suministrar anticoagulantes.

Las enfermedades de los bronquios, laringe y pulmonares mejoran notablemente con el ajo, al igual que la hipertensión arterial. En este caso, el ajo comido en grandes cantidades lo resuelve fácilmente en poco tiempo.

Por último, el ajo también cura afecciones del sistema genital –urinario, tales como los cálculos de riñón y la arenilla renal. En la mujer cura los trastornos menstruales, la frigidez o las afecciones crónicas de los órganos genitales.

Antes de finalizar una aclaración: hay que practicar las curas de ajos de forma recurrente y continua.

Si todas las hierbas y vegetales formaran parte de una dieta normal de las personas y se emplearan con finalidades preventivas y fomentando la resistencia y la inmunidad natural a la enfermedad, como se hacía en otros tiempos, la humanidad gozaría de mejor salud.

martes, 28 de junio de 2016

Cura tibetana del ajo




La cura tibetana del ajo

La cura tibetana del ajo es un antiguo remedio con increíbles beneficios y propiedades. Descubre cómo hacer este remedio curativo, cómo prepararlo y seguirlo y cuándo no está recomendado seguirlo.
Se la conoce popularmente como la cura tibetana del ajo. Se trata de un remedio milenario originario del Tíbet, lugar de donde precisamente proviene y de donde ha llegado hasta nosotros. Se trata de un remedio popular creada originariamente por los monjes budistas del Tíbet, que como su propio nombre indica, aprovecha las increíbles y variadas propiedades de ajo.
Si se realiza correctamente, siguiendo en detalle las dosificaciones especificadas más adelante, es una cura con grandes beneficios depurativos, tal y como iremos conociendo más adelante.
En un próximo artículo hablaremos acerca de las propiedades de comer ajo, sobre todo cuando los ajos se consumen crudos y triturados, dado que al machacar los ajos se liberan diferentes sustancias beneficiosas como por ejemplo es el caso de la alicina, un compuesto azufrado que destaca por ser uno de los principios activos más importantes de este alimento.
Precisamente este remedio se basa en la trituración de los ajos y combinación con aguardiente. No obstante, procederemos a explicarte cómo prepararlo en las próximas líneas.

Cómo preparar la cura tibetana del ajo
Ingredientes que necesitas
·         350 gr. de ajos (preferiblemente de agricultura ecológica)
·         250 ml. de aguardiente
Pasos para preparar la cura tibetana del ajo
Pela los ajos crudos y machácalos o tritúralos con ayuda de un mortero, batidora o similar. Ahora mezcla el jugo de ajo con el aguardiente en el interior de un tarro de cristal hermético. Resérvalo en la nevera completamente cerrado durante 10 días.
Cuando pasen estos días filtra el líquido con ayuda de una gasa o de un colador de tela. De esta forma obtendrás un potente extracto de ajo. Finalmente introduce el extracto en un dosificador o gotero y consérvalo en la nevera.



Cómo hacer la cura
Para hacer la cura tibetana del ajo correctamente es necesario que, durante 12 días seguidos realices las tomas tal y como se detalla en el apartado que te exponemos en las siguientes líneas, hasta alcanzar las 25 gotas diarias con agua siempre antes de las tres comidas principales (es decir, en ayunas antes del desayuno, antes de la comida y antes de la cena). Es preferible tomar el remedio 10 minutos antes de cada comida.
A partir de este momento, cuando hemos alcanzado las 25 gotas diarias se mantiene la dosis de 25 gotas tres veces al día hasta que se haya consumido todo el preparado del extracto de ajo.
Eso sí, si observas que con el paso de los días la mezcla adquiere un color verdoso es alto totalmente normal, y no significa que se haya puesto malo o estropeado, ya que es el color que adquiere el alcohol macerado con los ajos.

DIAS
DESAYUNO
COMIDA (Almuerzo)
CENA
1
1 gota
2 gotas
3 gotas
2
4 gotas
5 gotas
6 gotas
3
7 gotas
8 gotas
9 gotas
4
10 gotas
11 gotas
12 gotas
5
13 gotas
14 gotas
15 gotas
6
16 gotas
17 gotas
18 gotas
7
17 gotas
16 gotas
15 gotas
8
14 gotas
13 gotas
12 gotas
9
11 gotas
10 gotas
9 gotas
10
8 gotas
7 gotas
6 gotas
11
5 gotas
4 gotas
3 gotas
12
2 gotas
1 gotas
25 gotas

Beneficios de la cura tibetana del ajo
Cuando la cura se hace correctamente y en las dosis y cantidades adecuadas aporta muchas ventajas, beneficios y propiedades a nuestra salud. A continuación te comentamos las más destacadas:
·         Depura el organismo: al mejorar el funcionamiento del hígado y de los riñones, por lo que se convierte en un remedio ideal para potenciar la función depurativa y desintoxicante de estos órganos.
·         Activa la circulación sanguínea: es un remedio que no solo activa la circulación sanguínea sino que mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos.
·         Reduce el colesterol y la tensión arterial: ayuda a disminuir los niveles elevados de colesterol LDL y de triglicéridos, a la vez que aumenta el colesterol HDL. Por otro lado, también es útil para reducir la presión arterial alta (adecuada por tanto sobre todo en caso de hipertensión arterial).
·         Mejora y refuerza el sistema inmune: es útil para potenciar el sistema inmunológico a la vez que sube las defensas de forma totalmente natural. De ahí que sea un remedio muy adecuado durante los meses de otoño e invierno.
·         Útil en caso de afección respiratoria, gripes y resfriados: al liberar las fosas nasales y los pulmones mejora la sinusitis, a la par que es útil cuando estamos agripados o resfriados. También es capaz de fluidificar la mucosidad.
·         Activa y recupera: promueve la recuperación natural del organismo.

Contraindicaciones de la cura tibetana del ajo, ¿cuándo no está recomendado?
Existen determinadas contraindicaciones que debemos tener muy en cuenta antes de proceder a seguir esta cura. No está recomendada para:
·         Personas con enfermedades del sistema digestivo o con úlceras intestinales e irritaciones gástricas.
·         Personas que tomen anticoagulantes.
·         Personas que no toleren correctamente el ajo crudo.
·         Embarazadas.
·         Niños.

Algunas precauciones a tener en cuenta…
Si lo deseas puedes hacer la cura tibetana del ajo cada 5 años, pero no con más frecuencia. Por otro lado, es posible que como consecuencia del proceso de depuración surjan erupciones o granos en la piel, molestias estomacales o mareos.
Aunque es algo normal, te aconsejamos escuchar y observar tu cuerpo y si crees que algo anda mal lo mejor es que abandones el seguimiento de la cura.


miércoles, 15 de junio de 2016

Un poco de práctica de la plena presencia


Hoy vamos a compartir un ejercicio de holemind para estar presente en el día a día, aplicable incluso a nuestro puesto de trabajo.

 Algunas veces nos suele costar aplicar los conceptos teóricos sobre situaciones concretas de nuestro día a día. Por eso hoy vamos a intentar explicar cómo usar los cinco pasos holemind en el día a día de la oficina, del trabajo.

Para ponernos en situación imaginemos que tenemos una reunión importante con unos clientes en la que debemos mostrar todo nuestro potencial frente a los mismos. En este caso particular imaginemos que se trata de una reunión en la que nuestro cliente nos mostrará una necesitad, y nosotros tenemos que darle durante la misma reunión, una solución lo más completa y detallada...... Seguir leyendo